Decamerón: versos para una pandemia

La periodista Paula Etxeberría de Diario de Noticias, me invitó a participar en un artículo sobre poetas navarros durante el confinamiento con una entrevista y un poema. Acogí la propuesta con gran ilusión porque toda excusa es buena para escribir y compartir.

Para inspirarme, busqué el relato sobre el encierro que había publicado de manera digital la escritora Marta Sanz, titulado «Sherezade en el búnker». Y algunas de sus líneas me llevaron directamente a Boccaccio y al Decamerón.

Comparto el poema que escribí y la entrevista con algunas reflexiones sobre la escritura en tiempos difíciles.

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Texto publicado en Diario de Noticias el 10 de abril de 2020:

La escritora y vecina de Sarriguren Itziar Ancín (Pamplona, 1977) está pasando la cuarentena “sola en casa, teletrabajando mucho, leyendo y escribiendo un poco y sin tiempo para aburrirme. No me dan las horas…”, dice. “Pienso en Emily Dickinson, que se recluyó voluntariamente en su casa durante años, vestida de algodón blanco y escribiendo en un tono atemporal, como los místicos”, reflexiona esta autora para la que el silencio y la soledad son “un espacio de creación”. “Pero una soledad impuesta durante tanto tiempo es diferente”. Esa contrariedad también puede ser inspiradora. “Mi primera salida a la calle durante la cuarentena viví una experiencia muy fuerte que se ha vuelto cotidiana para todos, y a los días escribí sobre esa impresión de estar de repente dentro de una distopía. Y me dio por pensar en la peste negra y en el Decamerón de Boccaccio que se ambienta en aquel momento”, cuenta Ancín, que este mes iba a presentar su poemario «Como boca de pez interrogante» con la editorial Pamiela, y ahora no sabe cuándo podrá hacerlo… La literatura le ha “salvado en momentos muy duros” de su vida. “Dice Jeanette Winterson que quien considera que la poesía es un lujo, es porque las cosas le han ido muy bien: Una vida dura necesita un lenguaje duro, y eso es la poesía: un idioma suficientemente poderoso para contar cómo son las cosas. No es un lugar donde esconderse, es un lugar donde encontrar”.

Y a continuación, el poema:

Decamerón 

Había una vez un grupo de jóvenes  

que huyendo de la peste de Florencia  

se recluyeron en una hermosa villa  

donde pasaban el tiempo contándose historias.  

Y pienso que quizá Boccaccio espantara su mal 

fantaseando con un jardín florido 

y rodeado de aquellos jóvenes alegres  

que contaban historias día y noche. 

Mientras quizá, como yo, en su encierro 

viviera solo estas horas bajas  

en la Italia del siglo XIV 

en una casa sin flores, sin un solo balcón. 

Itziar Ancín


«Na lingua das bestas», de Chus Pato

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La poeta Chus Pato.

La mejor forma de celebrar el día de la poesía es, sin duda, hacerlo leyendo los poemas de una gran poeta. Este año he querido hacerlo con la palabra de la poeta gallega Chus Pato.

Su último poemario, Na lingua das bestas / En la lengua de las bestias (Colección Planeta Clandestino, Ediciones del 4 de Agosto, 2019), ha conectado con una parte de mí que no conozco pero que no por eso es menos importante. Quizá es más importante que la que conozco de manera consciente. Y es que mi lengua materna debería de haber sido el euskera, y mis poemas quizá tenían que haberse pronunciado en una de esas linguas das bestas. Mi bisabuela era de Artozqui, un pueblo del navarro valle de Itoiz que quedó inundado por el pantano. Cuando murieron sus padres, tuvo que marcharse del pueblo con sus hermanos pequeños a Pamplona. No sé por qué razón no enseñó a sus hijos el euskera, pero el caso es que no lo hizo: fue en ese punto de la historia familiar cuando se perdió, cuando yo perdí ese legado tan valioso que es la lengua materna (en interior de una herencia/la herencia de un tiempo anterior/en vida). Pero lo más probable es que fuera para proteger a sus hijos del desprecio por hablar la lengua de las gentes humildes que venían del campo. La lengua das bestas.

Chus Pato (Ourense, 1955) es una de las voces más representativas de la poesía gallega contemporánea. Autora de once poemarios, publicados entre 1991 y 2019, por los cuales ha recibido premios como el Nacional de la Crítica Española, en su modalidad de poesía gallega. Además de su proyección en el ámbito anglosajón (Estados Unidos, Canadá o Irlanda), sus poemas han sido editados en multitud de países como Argentina, Chile, Portugal, Holanda, Bulgaria o Rusia, y su obra ha sido recogida en decenas de antologías nacionales e internacionales. En 2015, su voz fue incorporada a las grabaciones de la Woodberry Poetry Room de Harvard, en donde se recogen las palabras de figuras de las letras universales como Elizabeth Bishop y W. H. Auden. El 23 de septiembre de 2017 ingresó en la Real Academia Galega.

Comparto aquí algunos de los poemas que más me han conmovido de este precioso libro:

pregúntome se nesta frase caben todos os teixos da cidade libre de París, todas as miñas reflexións acerca da linguaxe —a palabra que pecha o edificio da Lingua é a mesma que se abre ao dominio do vento— foi entón posible cruzar non un senón dous, tres, infinitos arcos da vella, cada portal e a froita; desexaba pronunciar para ti: ónice, dicirche que Camille esculpiu “la vague” e tres figuriñas en bronce (non saberemos nunca se as augas son fertilidade, deriva) Soñei cos vertedoiros, coa libido do rei ou máis ben coa ausencia de libido no rei, fronte ao estanque; sobre a carencia absoluta de desexo, nunha arte que carece de paixón e só dispón do cálculo e da estética do cálculo para trazar as liñas mestras do seu oficio. As augas, como unha arquitectura para albergar civilizacións ¡miña irmá! Babel é tempo e Afrodita. Quixen un Ganxes de palabras, e ¡que terrible a trenza que ten por empuñadura única a miña mao e por emblema o vento! É como espertar dun soño, do corpo, das palabras

(de m-Talá)

me pregunto si en esta frase caben todos los tejos de la ciudad libre de París, todas mis reflexiones acerca del lenguaje –la palabra que cierra el edificio lingüístico es la misma que se abre al dominio del viento– fue entonces posible cruzar no uno sino dos, tres, infinitos arcos iris, cada portal y la fruta; deseaba pronunciar para ti: ónice, decirte que Camille esculpió –La vague– y tres figuritas en bronce; no sabremos nunca si las aguas son fertilidad, deriva. Soñé con vertederos, con la libido del rey o más bien con la ausencia de libido en el rey, ante el estanque; sobre la carencia absoluta de deseo, en un arte que carece de pasión y sólo posee el cálculo y la estética del cálculo para trazar las líneas maestras de su oficio. Las aguas, como una arquitectura para albergar civilizaciones ¡hermana mía! Babel es tiempo y Afrodita. Quise un Ganges de palabras y ¡qué terrible la trenza que tiene por única empuñadura mi mano y por emblema el viento! Es como despertar de un sueño, del cuerpo, de la lengua.

 

A voz era pánico
e desexaba, insistía, ter hábito(s) no poema
…………………….

pero non todo pode ser transportado (non a voz, desde logo)

si o espírito que invade ao bardo, entre as uces irtas

e porque chove, os habitantes do poema teñen que abrir os seus paraugas // sacan o que levan dentro e búscanlle acomodo fóra

[só porque ti pousas a mirada no texto podo comezar coas solucións]

isto é o que consegue Cabaleiro Amábel, facer que seres alienados se presenten ante o mundo, e moi ao seu pesar, como persoas ceibes

pero só a voz empasta as tres historias
a voz que a escritura non acubilla

así pois, un poeta é un ser ancián.

Máis que entrar o mundo dentro do poema
botar por fóra a escritura, como unha lava lene e transparente, muselina

tanto ceo
tanta primavera

ves, isto é un acto político: torcerlles a vontade aos que obedecen

pero falta o contexto.

E que dicir dos soportes!, cando xa o papel non atura e só é concibíbel unha parede e a proxección de letras dixitais (seguramente nun museo ou nos paneis da autoestrada) ou esas mesmas frases envolvendo como cintas luminosas os corpos dos viandantes que dialogan sobre o voar das aves ou os bucles dos miñatos que se mimetizan coas árbores cando estenden as ás coma un niño

a teoría é esa violencia ética do intanxíbel

e está o problema do eu, cantos? e das situacións

prefiro o meu pánico a entrar nas librerías, excluíndote a ti, que me abandonas en calquera lugar, sen cartos, ou dentro do coche sen freo de man. Visitamos unha cidade para lembrar os edificios das cidades

os soños non son teoría, e agora temos que quedar aquí porque ti non queres espertar, neste palacete de urbanización privada, con outros moitos e moitas da nosa condición. Esta noite os nosos asasinos están bébedos ou pechados no váter

dunha vez para sempre nada hermético, nin críptico (que nunca nosoutros escribimos) e pono xa en órbita, con todos os nosos espléndidos matos e carqueixas.

E fíxate como se torna doce a verdade, cando descalza te mantés, ingrávida? na placenta dos amieiros

**

as sinapses volven, a inquietante floración de abril

(de “Hordas de escritura”)

La voz era pánico
y deseaba, insistía, tener hábito(s) en el poema
…………………….

pero no todo puede ser transportado (no la voz, desde luego)

si el espíritu que invade al bardo, entre los brezos yertos

y porque llueve, los habitantes del poema tienen que abrir sus paraguas // sacan el que llevan dentro y le buscan acomodo fuera

[sólo porque tu posas la mirada en el texto puedo comenzar con las soluciones]

esto es lo que consigue Caballero Amable, hacer que seres alienados se presenten ante el mundo, y muy a su pesar, como personas libres

pero sólo la voz empasta las tres historias
la voz que la escritura no cobija

así pues, un poeta es un ser anciano.

Más que entrar el mundo dentro del poema
Eclosiona la escritura, como una lava lenta y
transparente, muselina

tanto cielo
tanta primavera

¿ves?, esto es un acto político: torcerles la voluntad a los que obedecen

pero falta el contexto.

¡Y qué decir de los soportes!, cuando ya el papel no soporta y sólo es concebible una pared y la proyección de letras digitales (seguramente en un museo o en los paneles de la autopista) o esas mismas frases que envuelven como cintas luminosas los cuerpos de los paseantes que dialogan sobre el volar de las aves o sobres los bucles de los milanos que se mimetizan con los árboles cuando extienden las alas como un nido

la teoría es esa violencia ética de lo intangible

y está el problema del yo ¿cuántos? y de las situaciones

prefiero mi pánico de entrar en las librerías, excluyéndote a ti, que me abandonas en cualquier lugar, sin un dineros, o dentro del coche sin freno de mano. Visitamos una ciudad para recordar los edificios de las ciudades

los sueños no son teoría, y ahora tenemos que quedarnos aquí porque no quieres despertar, en este palacete de urbanización privada, con muchos otros y otras de nuestra condición. Esta noche nuestros asesinos están borrachos o encerrados en el váter

nunca más nada hermético, ni críptico (que nunca nosotros escribimos) y ponlo ya en órbita, con todos nuestros espléndidos arbustos y carquesias

Y fíjate como se torna dulce la verdad, cuando descalza te mantienes ¿ingrávida? en la placenta de los alisos

**

las sinapsis vuelven, la inquietante floración de abril

 

Contra os ídolos

Querías
unha palabra
que se mirase
no seu corazón de palabra
que reflectise no seu rostro
toda a beleza do mundo

sería a súa voz a do anxo

como un brâhman
compoñerías un Anna-Viraj
con el crearías un deus

o sacrificio é un deus

e ti nutriríaste de gloria

 

2  (política)

Cando todo goberno cese
cando todas as plumas do anxo caian

canta agora ti
esta páxina en branco

 

3

Nada contén a páxina
so unha lingua que en si se contempla e acouga

e se abre para que a digas ti eu
calquera

(de «Carne de Leviatán»)

 

Contra los ídolos

Querías
una palabra
que se mirara
en su corazón de palabra
que reflejara en su rostro
toda la belleza del mundo

sería su voz la del ángel

como un brâhman
compondrías un Anna-Viraj
con él crearías un Dios

el sacrificio es un Dios

y tú te nutrirías de gloria

 

(política)

Cuando todo gobierno cese
cuando todas las plumas del ángel caigan

canta ahora tú
esta página en blanco

 

3

Nada contiene la página
sólo una lengua que en sí contempla y se aquieta

y se abre para que la digas tú yo
cualquiera

 

Chus Pato

 

 

 

 

 


«La poesía es un deporte extremo», de Sonia San Román

Qué mejor forma de celebrar el día de la mujer que reflexionando con un poema que nos abre los ojos. El que comparto a continuación está incluido en La barrera del frío (2017, Suburbia ediciones) de la poeta riojana Sonia San Román Olmos.

Acerca del poemario, San Román explicaba en una entrevista que «es una apreciación acerca de los argumentos de presión que la sociedad utiliza sobre nosotras y que se acentúan aún más cuando somos madre».

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Sonia San Román.

 

San Román (Logroño, 1976) es licenciada en Filología Hispánica. Desde que publicó en 2004 su primer libro de poemas, ha llevado a cabo una labor constante en torno a la Literatura: con publicaciones en revistas nacionales e internacionales; como profesora de Lengua, Literatura y Creación literaria; como editora y correctora; como narradora y como autora de siete poemarios en solitario. En el año 2015 quedó finalista del premio de relatos Cosecha Eñe y, en 2018, obtuvo el primer premio Ateneo Riojano de poesía.

Tiene publicados los siguientes libros: De tripas, corazón (2004); Planeta de poliuretano (2005); Punto de fuga (2008); Anillos de Saturno (2014); Nosotros, los pájaros (2015), La barrera del frío (2017) y Ser después de ser (2018).
Parte de su trayectoria poética ha sido recogida en la antología titulada De la palabra hacia atrás (2018).

LA POESÍA ES UN DEPORTE EXTREMO

La poesía es un deporte extremo para una mujer que se atreve a atravesar el alambre de los funambulistas con niños en los brazos y años en la melena.
En el centro de la cuerda deberá cruzarse con las siluetas negras que vienen a su encuentro para derribarla.
Tratará de mantener el equilibrio sin que los niños caigan, sin que el cabello la tape, sin que el pie resbale, sin mirar al suelo.
Y, cuando llegue, nadie apreciará su esfuerzo.
Solo le dirán que dónde estaba, que llega tarde y que lleva el pelo hecho un desastre.

Sonia San Román


«Kamasutra para dormir a un espectro», de Clara Janés

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Clara Janés.

Clara Janés (Barcelona, 1940), traductora, escritora y miembro de la Real Academia Española, ha publicado este año Kamasutra para dormir a un espectro (Siruela), en el que mezcla versos, microrrelatos, reflexiones e ilustraciones de José Antonio Sistiaga. 

El libro, inspirado en las ilustraciones de este artista, al que conoció en el Café Gijón, sugirió a Janés la escritura de un libro erótico tan sutil como la obra de dicho pintor. Erotismo, muerte y mística se dan la mano en esta obra. Valiente por la temática, por la mezcla de formas, por lo personal del conjunto, tan clásico y a la vez transgresor. Janés domina la palabra al milímetro y se deja llevar, en el corazón del libro, por el juego erótico.

Esta escritora de numerosos géneros literarios y traductora de idiomas centro-europeos y orientales, ha dividido este último libro en dos partes –El color prohibido, escrito en 2016, y Kamasutra para dormir a un espectro (2014)-. E incluye en él también un fragmento del libro «Psi o El jardín de las delicias» (2014). 

«La palabra tiene esa fuerza: que algo que escribes, que ya has formulado, cobra más realidad en su formulación que en lo que estás internamente pensando. Al formularse se contempla de otro modo», reflexiona con gran agudeza Janés en una entrevista reciente en El Cultural. Esa es la magia de la escritura, y en especial, de la poesía; esa es su grandeza y su misterio. Nos abre puertas a no sabemos dónde.

Comparto más abajo dos de los poemas que recupera la autora de «Psi o El jardín de las delicias» en este libro:

 

Conocimiento

No hagas más cálculos:
todos los astros están
fuera de sitio
debido a tus raíces y potencias,
tus lúdicos vaivenes…
pero si cae alguno,
Galileo desde lo alto
de las escaleras
lo detendrá con la cifra exacta
y las ninfeas encenderán
su cárdeno color
y ensancharán sobre el agua sus hojas
dando la bienvenida
a la renovada calma.

 

Esta ha sido una semana
con dos hexágonos.
Cuando llegó la cifra siete
puse el pie en el infierno y su metamorfosis.
En la llama, que era una rosa,
te amé.
Entramos en el ser y no ser.
el felino acechaba.
En tus ojos
se fundió la esmeralda
de la visión.

Clara Janés, Kamasutra para dormir a un espectro

Poco queda que añadir tras tanta belleza sin estropear su hilo dorado.

 

 

 


Cuando los huesos hablan

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Cementerio de botellas del penal de Ezkaba.

Hace dos años o algo más, escuché una entrevista en la radio sobre la fuga del penal de Ezkaba. Me impresionó tanto conocer que se trataba de la mayor fuga de la historia de una cárcel europea, como el hecho de no haber oído hablar de un hecho histórico que sucedió cerca de mi casa, en uno de los montes que hay junto a mi ciudad. Y después leí el «Cementerio de botellas», para conocer más acerca de dicha historia.

Los testimonios que descubrí en dicho libro me provocaron vergüenza, indignación, rabia… y todas aquellas emociones, junto con la ternura y la compasión por todo lo que sufrieron aquellas personas y sus familiares tan injustamente, desencadenó también un poema entre lágrimas, muchas lágrimas. El testimonio que más me conmovió fue el de una familia catalana, en el momento de la exhumación del abuelo y del padre al que nunca conocieron, y de la transformación que supuso en sus vidas aquel encuentro.

Pamiela lo publicó en un libro colectivo titulado «Memoria poética» en 2018 que presentamos en la feria del libro de Pamplona y que hemos presentado en otras localidad de navarra, así como en el festival Agosto clandestino de Logroño, o en el palacio Aiete de Donosti. Este grupo artístico está formado por 18 poetas y por el pintor José Ramón Urtasun, que promovió la recuperación de cada una de las historias que narran los poemas.

Este mes de mayo, durante el aniversario de la fuga de la prisión de Ezkaba que organiza Txinparta, y que se celebra siempre en torno al día 22, en que tuvo lugar, supe que la familia de Juan, sobre cuya exhumación escribí el poema, iba a participar en los actos, y me ilusionó la posibilidad de poder compartir mi poema con ellos. Y el encuentro fue pura emoción. Pregunté por ellos y les recité mis versos en un rincón del bar donde se habían reunido los familiares, como quien entrega un secreto y una revelación muy preciada en este mundo que nos interrelaciona y nos invita a los mil y un intercambios de todo tipo.

Aquí comparto el poema sobre la exhumación que cambió la vida de una mujer ya que pudo reconstruir y comprender algunos fragmentos desconocidos de su pasado y de su propia identidad, que son algunas de las consecuencias más amargas del silencio, la violencia y el miedo que sufrieron tantos inocentes durante el golpe de estado y la dictadura de Franco.

 

Cementerio de botellas

Arrodillados, junto al esqueleto de Juan,
su hija Mar y su nieto Xavier
lo contemplan unos minutos en silencio.
Después se acercan, lo acarician y besan la noble calavera.
Tiene las piernas cruzadas
entre ellas, una botella rota.
Nunca estuvimos tan cerca, le dice Mar.
Ella, que también cruza las piernas así cuando duerme.

Xavier imagina al abuelo Juan atrapado,
hambriento, enfermo,
dolorido, sucio, cansado. Solo.
A sus 33 años, durmiendo sobre el suelo encharcado de la prisión,
muerto de frío.
Le contaron que murió
pero hoy sabe que no es cierto: que a su abuelo, lo mataron.
Xavier tiene una hija de la misma edad que su madre
cuando el abuelo Juan fue a anotarla en el registro.
Entonces, lo atraparon.

Sacan los restos del padre, del abuelo,
al que no conocieron, de la tierra acallada
de este silencio tan hondo que nos cubre hasta ahogarnos
de esta vergüenza que no puede esconderse tras tanto miedo.
Y colocan sus huesos en una caja
como si fueran de porcelana.
Por fin podrá salir del patio de la prisión.

Itziar Ancín (Memoria poética, Pamiela, 2018)


Los enigmas de Joseba Sarrionandia

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Joseba Sarrionandia.

Joseba Sarrionandia (Iurreta, 1958) era ese mito de las letras vascas que vagamente conocía por la letra de una canción. Pero hace un año cayó en mis manos en Geltokia, durante 948 Merkatua, la feria de las artes de Navarra, su poemario: Hilda dago poesia? ¿La poesía está muerta?, publicado por la editorial Pamiela a finales de 2016. Y fue un verdadero hallazgo, un hermoso encuentro con el alma de un gran escritor, un libro que despierta emociones difíciles de contener y de olvidar. Palabras que traen magia y que transportan al núcleo mismo del enigma.

Este libro, primera traducción de la poesía de uno de los referentes de la literatura vasca actuales, es una antología de 114 poemas firmados entre 1980 y 1995, que han sido seleccionados, reordenados y traducidos por el propio autor. En ellos habla del exilio, el desarraigo, la muerte o la cárcel, que conoció durante cinco años, hasta su fuga en 1985 de la prisión donostiarra de Martutene.

Sarrionandia es miembro de Euskaltzaindia (la Real Academia de la Lengua Vasca),​ y ha traducido al euskera a autores como Eliot, Coleridge y Pessoa.

 

Las madres de los presos

Al recordarte,
ama,
sueles estar en la cocina,
con la mesa puesta para cinco,
sentada en una silla,
mirando por la ventana
al invierno
sin limpiar el vaho que empaña el cristal.
Y yo sé
que estoy
en el fondo de tus ojos.

En el patio me dice un amigo:
«Siento como un ahogo…».

Es que debe de estar también en los ojos de su madre.

 

Reflexión sobre el mar

Nuestros recuerdos,
como tablones
de naufragio,
no se deshacen
en el fondo del mar,
ni navegan
en pos
de ningún puerto,
nuestros recuerdos,
como tablones
de naufragio,
se deslizan
sobre el agua,
al azar,
zarandeados por las olas,
sin poderse descomponer y sin propósito alguno.

Lejanísimas las playas de huesos de gaviotas.

 

El otro mundo

Mejor si le dan otra vuelta a la llave, para que nadie entre de nuevo.
Trataré de tapar la mirilla de alguna manera para que nadie pueda mirar.

Quisiera ocultarme en la oscuridad, ser sombra en la sombra, ser nada.
Es posible que existan muchos mundos, este no existe realmente.

Procuraré imaginar otro de la nada.
Llegarán los funcionarios a buscarme con sus mazos de llaves
y sus ojos despectivos, y no me encontrarán en la celda:
que lo escrito en estos papeles provoque zozobra como la niebla en el acantilado.

Inventaré otro mundo, tan inalcanzable como una ciudad en el aire.

 

Los hilos

Los hilos familiares, los hilos del destino, los hilos de nuestro propio cuerpo,
los hilos de la amistad, hilos tan largos que uno tropieza en ellos, los hilos.

Los hilos que te atan, hilos como amores duraderos,
como los de los títeres, a veces tensos,
otras veces flojos, enredándose.

Y vivir así, con los hilos, haciéndoles caso,
tirando contra ellos,
pendientes de ellos. Vivir como cuarenta años así…

Y de  repente darse uno cuenta de que no,
de que son como los rayos de sol
o de la luna y que, realmente, no te atan. Que,
al final, no tienes hilos…

 

Paisaje de un rincón de la plaza

En un rincón de la plaza vi una anciana
que parecía de madera y nieve.
Daba la impresión de no saber qué calle tomar,
y yo tampoco lo sabía,

ya que por estas calles no se puede ir a ninguna parte
por ninguna calle, ancha o estrecha, de este territorio
ni por ningún otro camino.

Parecía una hoja de invierno, la anciana, mientras se frotaba
sus manos temblorosas en el delantal azul
repitiendo viejas palabras.

Esa anciana siempre está en ese lugar: escúchala,
pero no la toques. Si la abrazaras, se desharía entre tus brazos.

 

Joseba Sarrionandia 


«Las flores del mal», de Brenda Ascoz

Brenda Ascoz

Brenda Ascoz.

Esta semana se ha celebrado el Día Mundial contra el cáncer, y mi manera de tener presente a quienes padecen esta enfermedad es compartiendo Las flores del mal, un deslumbrante y delicado poema de la escritora Brenda Ascoz (1974, Torrejón de Ardoz). Descubrí este texto hace unos años, a través de la poeta aragonesa Almudena Vidorreta.

Ascoz vive en Zaragoza, donde trabaja como enfermera especialista en salud mental y ha escrito los libros de poemas Llorona (La Isla de Siltolá, 2016), en el que está incluido Las flores del mal, Ecorché (Eclipsados, 2009) y En Ajeno (Chorrito de Plata, 2007), y la novela Morbo (Eclipsados, 2013) y ha participado en diversas antologías de poesía y relato como 23 Pandoras (Baile del sol, 2009), Viscerales (Ediciones del viento, 2010) o Tres heridas; Antología de la nueva poesía amorosa en España, (Armenia, 2011).

Las flores del mal es un poema que he recordado como se recuerdan las citas de los grandes escritores, en esa memoria que guardamos entre el corazón y las entrañas.

 

El cáncer es una fiesta de las células.

A. Velasco

 LAS FLORES DEL MAL

 

Pero así lo siento,

sin fundamento, sin lógica aparente:

un diminuto ramo de flores silvestres

creciendo en mi interior

como una guirnalda violeta. Células

que mutan y multiplican su número y conquistan

territorios umbríos, cálidos, secretos.

Lo siento así:

un ramito no deseado, molesto,

y sin embargo hermoso a su manera letal

-después de todo

no es sino vida

abriéndose camino

a costa de otra vida-.

 

Brenda Ascoz


Un instante en la corteza espacio-temporal de Aritz Gorrotxategi

Aritz Gorrotxategi

Aritz Gorrotxategi.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El escritor vasco Aritz Gorrotxategi (Donostia, 1975) es autor de Hariaz beste (Más allá del hilo, 2011), por el que recibió el Premio de la Crítica en 2012. El poeta utiliza los hilos como metáfora de la vida que va más allá de esta corteza espacio-temporal. Un símbolo que remonta al menos al hilo de Ariadna en el laberinto del Minotauro; el hilo que emplea también el poeta vasco Joseba Sarrionandia en algunos de sus poemas de ¿La poesía está muerta?

Gorrotxategi es además autor de poemarios, ensayos, relatos y novelas y es miembro del grupo organizador de las jornadas “Poesía y pensamiento” que se llevan a cabo en Durango y San Sebastián, en las que tuve la suerte de participar el pasado mes de junio junto a poetas como Xuan Bello. También ha traducido al euskara Pura coincidencia. Kointzidentzia hutsa de Itziar Mínguez y el ensayo Zer da artea? (¿Qué es el arte?) de Tolstoi.

Comparto más abajo uno de los poemas del libro que utilizan esta metáfora de infinitos matices.

SI EL HILO SE AGOTA EN LA MANO

Un instante en la corteza espacio-temporal, dos pasos de una habitación a otra, un abrazo a ti, a los niños… Un paréntesis oscilando entre el verano y el invierno, sin tiempo para decir adiós. La vida se escurre pensando en lo que somos, y la muerte es una larga línea sin ti, demasiado larga para distinguir el comienzo del fin.

Eso es lo que me sobrecoge, no lo otro. La noche es oscura, ya lo sé; la oscuridad no es abrumadora por ser oscura. Tú eres el otro extremo, el hilo, y si no hay en esas negras orillas un hilo hacia ti, un camino, si no lo hay y todo ha acabado, yo, tú, el mundo… Me habré extinguido no por haber muerto, si no porque tú has muerto para mí, nada más empezar…

Un instante en la corteza espacio-temporal, y la muerte es lo de menos si se agota el hilo en la mano.

ESKUAN HARIRIK GERATZEN EZ BADA

Denbora-espazioaren azalean une bat, gelatik gelara bi pauso, besarkada bat zuri, umeei… Udaratik negura eten bat, denborarik ez adio esateko. Garenaz pentsatzen badoa bizitza, eta heriotza zu gabeko marra luzea da, luzeegia hasiera eta bukaera bereizteko.

Horrek ematen dit ikara, ez besteak. Gaua iluna da, badakit; iluna ez da pisua ilun izateagatik. Zu zara beste aldea, haria, eta ez badago ertz beltz horietan zuganako haririk, zuganako biderik, ez badago eta dena bukatu bada, neu, zu, mundua… Bukatua naiz ez hil naizelako zu niretzat hil zarelako baizik, hasi baino ez ginenean…

Denbora-espazioaren azalean une bat, eta heriotza gutxienekoa da eskuan haririk geratzen ez bada.

Aritz Gorrotxategi

 


«Dentro del animal, la voz» de Olvido García Valdés

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Olvido García Valdés.

Hace tres veranos conocí en persona a la poeta, traductora y Premio Nacional de Poesía Olvido García Valdés (Santianes de Pravia, 1950). Fue en Logroño, en el marco del festival Agosto Clandestino.

Tuve la suerte de conversar con ella tras la presentación de su antología Dentro del animal la voz, número 176 de la colección Planeta Clandestino que edita Ediciones del 4 de Agosto. Entonces no sabía que dos veranos más tarde yo misma iba a formar parte de dicha colección.

Me habló de su manera de recopilar poemas para formar un poemario, que no respondía a un concepto previo sino que era posterior a la escritura. Y de la insensatez de ensalzar a poetas demasiado jóvenes para tener la suficiente calidad literaria. Ella publicó su primer poemario a los 36 años. Y además de recibir numerosos premios y ser traducida a multitud de idiomas, en la actualidad es Directora General del Libro y Fomento de la Lectura.

A continuación, una selección de poemas de la antología Dentro del animal la voz, (2015colección Planeta Clandestino, Ediciones del 4 de Agosto). Y para seguir con la temática del post anterior, terminamos una vez más con el misterio que encierran los peces dorados y su transparencia:


A
veces falta cierta ordenada
manera. Si se ignora en qué sentido
giran las agujas, se abre abrupto el hueco,
sume los ojos el caracol.
Si, en cambio, se lee que la artista -Agnes Martin-
en sus cincuenta últimos años no miraba la prensa,
o que el artista -Anselm Kiefer- construyó siete
torres, siete altos palacios celestiales y grises
moldeados en cemento, erizados de hierro y
lastrados con plomo -para que puedan al
inclinarse temblar- en una inmensa factoría
abandonada,
uno respira esa
burbuja de calma o aire
o luz del cielo.

(Y todos estábamos vivos)


Girasol
, negro párpado, multiplicada
curva para el deslumbramiento. Somos
solo cautivos,
presencias dentro de otros
que nos llevan. Allá, muy lejos,
el taxista le dijo: discúlpeme,
la ciudad es muy grande, sólo
manejo en las orillas.

(caza nocturna)


Nadaba
por el agua transparente
en lo hondo, y pescaba gozoso
con un pequeño arpón peces brillantes,
amigos, moteados.
Aquella agua tan densa, nadar
como un gran pez; vosotros,
dijo, me esperabais en casa.
Pensé entonces en Klee,
en la dorada. Ahora leo:
estás roto y tus sueños
se cuelan en tu vida, esa sensación
de realidad es muy fuerte; estas pastillas
te ayudarán.
Dorado pez,
dorada de los abismos, destellos
en lo hondo. Un sueño subterráneo
nos recorre, nos reúne,
nacemos y morimos, mas se repite
el sueño y queda el pez,
su densidad, la transparencia.

(Antonio Gamoneda, Jerónimo Salvador)

(caza nocturna)


Rilke y el lenguaje de los peces

Rilke

El poeta Rainer María Rilke.

Rainer Maria Rilke (Praga, 1875) es uno de los grandes poetas de magia y misterio en lengua alemana, admirado por sus Elegías de Duino y sus Sonetos a Orfeo. En prosa destacan Los cuadernos de Malte Laurids Briggeas y las Cartas a un joven poeta, con esas frases lapidarias y certeras que resulta difícil olvidar.

Hace unos días, la poeta Tere Irastortza me enviaba unos versos extraídos de su edición de Sonetos de Orfeo de 1987, «mil veces leída, subrayada y llena de papelitos», según sus propias palabras. Al abrir el libro al azar en busca de inspiración al final de los sonetos, en la página 193, se topa con un poema cuyos versos se cruzan misteriosamente con mis propios símbolos poéticos más personales y arraigados: el lenguaje mudo de los peces.

XX

Entre los astros, qué lejos, y no obstante cuánto más lejos

lo que aprendemos de aquí.

Uno, pongamos por caso, un niño… y alguien cercano, otro

oh qué inabarcablemente alejados.

Destino, nos mide tal vez con el palmo del ser

y nos parece extraño;

piensa cuántos palmos tan sólo entre hombre y muchacha,

cuando ella lo evita y a él se refiere.

Todo está lejos, y en parte alguna se cierra el círculo.

Mira en la fuente, en mesa alegre, dispuesta,

extraño es el rostro del pez.

Los peces son mudos…, se pensó alguna vez.  ¿Quién sabe?

¿No hay, sin embargo, al final un lugar donde aquello que fuera

la lengua del pez se hable sin ellos?

Rainer María Rilke, Sonetos de Orfeo